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ALFREDO CARLOS DIGHIERO

La verdad como legado. Las voces como testimonio.





esde Montevideo llegó la noticia, falleció Dighiero.

Es una pérdida significativa. Conmueve a la comunidad gardeliana, al tango y a la cultura. Dueño de un estilo encantador, este periodista uruguayo pasó más de cuarenta años difundiendo a Carlos Gardel por diferentes medios: programas radiales con entrevistas y grabaciones; crónicas magníficas que anunciaban el contenido de cada programa; el minucioso registro de las voces de las personas que conocieron y/o se referenciaron con Gardel, a quienes entrevistó con solvencia y calidez.

Cualquiera de estos supuestos lo convierte en un estudioso e investigador imprescindible. La convergencia de los tres, sumado a su estilo e impronta, lo convierten  en un Personaje.
Alfredo Carlos Dighiero y el Dr. Norberto Regueira

Por convicción intelectual y producto de sus investigaciones, demostró de manera acabada la filiación y nacionalidad de Gardel, reivindicando la figura de Doña Berta, madre del artista. No le resultó sencillo, el medio hostil generado a partir de las fábulas originadas por Erasmo Silva Cabrera condicionó su desarrollo profesional en Uruguay. Prefirió el límite a transar.

Llevó a cabo una tarea extraordinaria. Se tomó el trabajo de entrevistar a la inmensa mayoría de personas vinculadas a Gardel, desde Mona Maris hasta el acomodador de un cine de pueblo. Este registro de voces es una joya, integra el patrimonio cultural y trasciende al propio Gardel para constituir un testimonio de época.

La vigencia de esa época aparecía en sus crónicas. Anunciaba sus programas “poniendo a consideración de la distinguida audiencia”, prometía “delicias” y otra pluralidad de expresiones análogas que ambientaban su presentación. Deliberadamente utilizaba el ditirambo. Es probable que el Funes de Borges se expresara como Dighiero.

Visitó Buenos Aires con frecuencia. Disertó en el Museo Casa Carlos Gardel y en la Legislatura de la Ciudad.

Sostenía que la historia la narran los protagonistas y se transformó en protagonista de esta historia. Es curioso, un hombre que lucía anacrónico, estará involucrado en el porvenir, será perpetuo. Lo suceden su hija Magdalena, primera albacea,  y la legión de fieles oyentes.

Todas las voces gardelianas, todas,  quedaron presentes cuando Dighiero dijo ADIOS.


Norberto Ignacio Regueira
Buenos Aires, diciembre 6 de 2018