o te piantés del rioba, che Carlitos,
largá los berretines de la fama,
hay un mundo de luces y de mitos
que tuerce tu destino si te llama.
París nunca será como el Abasto,
ninguna yeca habrá como Corrientes,
un Medellín de lutos y de llanto
nos borrará tu pinta para siempre.
La paica de la gola te alzó en vuelo,
metejoneada con tu voz canora,
de nuestra voz, Gardel, bronce y consuelo,
de tu estampa porteña que se añora,
y nos dejó tu gacho y tu pañuelo
sin aquella sonrisa que aún se llora.
José Eduardo Weidmann