l abrir la caja trunca
de mi guitarra enlutada
donde se guardan grabadas
miles canciones de angustias,
las cuerdas que estaban mustias
otra vez repicarán
por el alma de un zorzal
que partió en eterno vuelo
para el celeste del cielo
en un marco espiritual.
Carlos Gardel, vos te has ido
sin dejarnos un adiós
pero aun vibrando tu voz
repercute en mis oídos,
todavía siento el gemido
lastimoso de tu acento
como un susurro del viento
a través de tus canciones
impregnadas de emociones,
de nostalgia y sentimiento.
Hermano, si vos supieras
cómo cambió tu arrabal
desde aquel día fatal
que de este mundo partieras,
la milonga bullanguera
donde impusiste tu clase,
tristemente se deshace
cuando en un fueye rezonga
el tango o una milonga
de la guardia tuya de ases.
Justo Inchauspe